En 2016, a la edad de 23 años, Imani Mintz recibió un diagnóstico de GEFS. Después de un análisis de sangre completo, los resultados indicaron que Imani tenía enfermedad renal en etapa 3b. Después de una extensa investigación para descartar otras enfermedades, como el lupus, y una biopsia, a Imani se le diagnosticó oficialmente GEFS. Imani luchó contra una fatiga intensa, que inicialmente atribuyó al estrés relacionado con el trabajo.
Además, observó espuma en la orina. Los desafíos de someterse a diálisis durante casi dos años pasaron factura a Imani, lo que dificultó mantener el empleo y las relaciones. “A menudo me encontraba teniendo que someterme a diálisis los días en que mis amigos estaban de fiesta; se me hacía difícil unirme a ellos para tomar una copa o participar en cualquier actividad agradable”, dijo Imani.
Ahora está en remisión y sigue sus pasiones a pesar de los obstáculos que enfrentó en su viaje.
Afortunadamente, Imani recibió un trasplante de riñón de un donante fallecido. Ahora está en remisión y sigue sus pasiones a pesar de los obstáculos que enfrentó en su viaje.